POR: MANUEL MAURI GARCÍA
Utrera, en numerosas ocasiones, tuvo la suerte de recibir la visita de la Duquesa de Alba. Pero quizás la más relevante de todas ellas hay que situarla en aquel mes de Octubre de 1963. Del 15 al 22 del citado mes, nuestra ciudad, como prólogo a la coronación canónica de la Virgen de Consolación, es elegida sede de la I Fiesta Nacional del Algodón y la duquesa, fiel a su disponibilidad y amor que tuvo a nuestra tierra, viene a Utrera, cuando todavía estaba abierta la herida de la inundación que habían sufrido muchos de nuestros paisanos.
Como dejó escrito el reverendo Miguel Román, párroco de Santa María de la Mesa, “ el pueblo entero se ilusionó y empujado por las autoridades de la época, vivió unos años de grandes acontecimientos, incluida la reconstrucción de las zonas afectadas”[1]por la inundación.
Cuenta la crónica de nuestro recordado socio Salvador de Quinta Rodríguez en Abc, que aquella jornada del 17 de Octubre una lluvia de pétalos caía desde los balcones engalanados de esta vieja plaza del Altozano. “En cinco coches engalanados a la andaluza iban las damas de honor todas vestidas de trajes de faralaes verdes. Detrás un precioso cochecillo portaba un simpático paje (que no era otro que Miguel Ángel, hermano de nuestro socio, Eduardo Trelles) y en coche tirado por un hermoso tronco y un caballo sólo delante, apareció la duquesa de Alba, la cual lucía un precioso vestido de volantes color fresa con lunares negros…” [2].
Los coches de caballos fueron traídos para la ocasiónde Jerez y de la Remonta de Écija.La salida en coches hasta el Altozano de la duquesa y las damas vestidas con el traje de faralaes tuvo lugar desde la casa de Juan Guardiola en el barrio de Santa María. Por un pasillo hecho por unas niñas utreranas vestidas de flamenca pasaron doña Cayetana de Alba y sus damas de honor hasta el estrado que a modo de un trono se había preparado en la plaza.
Tras la solemne ceremonia de coronación, la Reina de las fiestas y su cortejo, acompañado de las autoridades, pasaron a las dependencias de la segunda planta del Casino, donde fueron recibidas por el presidente de la institución, don Antonio Martín Perea, que fue capitán del Ejército. Y donde fue servido una copa de vino español. Después de la acogida en el Casino, doña Cayetana de Alba y su marido don Luis Martínez de Irujo junto a las autoridades y damas de honor, acudieron al Santuario para honrar a la Virgen de Consolación..
Organización de la visita
A efectos de la organización de la visita, había sido constituida una comisión rectora presidida por don Juan Guardiola Soto, Conde de Jimera de Líbar, actuando como Jefe de protocolo, don Esteban Torres González, Marqués de Casa Ulloa, quien había reunido con anterioridad a las damas utreranas elegidas para acompañar a la duquesa de Alba en la desaparecida casa en la calle Ancha de María Luisa Sánchez de Ibargüen, donde aún se puede reconocer su antigua balconada. Aquí les había comunicado el Jefe de protocolo, que había una modista encargada de hacer los trajes de gitana, la conocida Lina, y otra modista elegida para la confección de los trajes de las Justas literarias y de la cena de Gala que pertenecía a la familia Benjumea.
Asimismo se explicó a las damas el cometido y función que debían desempeñar en los actos. Es digno de reconocimiento el trabajo de este grupo de notables, que dio contenido a aquella semana, donde la ciudad pudo brillar en los medios de comunicación (prensa, radio y por vez primera televisión) con luz propia.La Comisión de la Fiesta nacional del algodón nombró como damas de honor a las utreranas Consolación García Ylla, hija de nuestro socio Manuel García Navarro y a Beatriz Giráldez, hija de Joaquín Giráldez y Carmen Escribano.Dentro de la Comisión rectora estuvieron nuestros socios Salvador de Quinta Rodríguez y José María Trelles, padre de Eduardo Trelles.
[1] ROMAN CASTELLANO, Miguel. Utrera: Mi pueblo, Mi parroquia, Mi vida, Utrera, Grafitrés, S.L., 1998, pág. 85
[2] DE QUINTA RODRIGUEZ, Salvador (Corresponsal), en ABC de Sevilla, 17 Octubre 1963, pág. 45